Reciclar o, lo que es lo mismo, intentar que nuestros residuos se reencarnen en productos nuevamente útiles, tiene su ciencia. Muchas veces no sabemos cómo se hace, así que improvisamos. Vamos a elaborar un sencillo decálogo para convertirnos en buenos recicladores.
Como exponíamos la semana pasada en la primera parte del artículo Reciclaje “made in Spain”, España ha mejorado mucho en su actividad recicladora durante los últimos años. Aunque no hay un consenso total acerca de las cifras, lo que parece incuestionable es que los españoles figuramos entre los europeos que más reciclan. Ocupamos el puesto 11. Para tratar de subirnos al podio proponemos seguir al pie de la letra el siguiente decálogo.
1. En la Asociación Paisaje Limpio, organización de ámbito nacional, nos explican con todo detalle qué es lo que, en resumidas cuentas, podemos reciclar: papel y cartón, plásticos, acero, aluminio, cartones para bebida, vidrio, neumáticos, teléfonos móviles y equipos electrónicos. Pero hay que tener cuidado, no todos los papeles, no todos los plásticos, no todos los vidrios se pueden reciclar.
2. Algunos de los materiales citados nos son mucho más familiares que otros. Entonces nos surgen las dudas. ¿Podemos reciclar acero en casa? ¿Se recicla el papel de aluminio? ¿Qué hacemos con los tubos de pomada? ¿Y con el aceite? ¿Y si el residuo lleva un poco de madera? El Portal del Consumidor de la Comunidad de Madrid ha elaborado un detalladísimo listado. También Ecoembes enseña a reciclar envases.
3. Existen varios tipos de contenedores, fácilmente reconocibles. El azul está destinado al depósito de papel y cartón (sin manchas de grasa, cintas adhesivas, trozos de plástico o grapas), que según la Asociación Española de Fabricantes de Pasta, Papel y Cartón puede ser reutilizado unas seis veces.
4. El contenedor amarillo no es un cajón de sastre en el que todo tenga cabida. Todavía una cuarta parte de lo que depositamos en él no debería haber acabado allí. Sólo admite envases de plástico, latas y bricks, nada de CDs, cintas de vídeo, juguetes o pañales. Las bolsas de plástico también van al amarillo.
5. El contenedor verde se destina a los vidrios: botellas y tarros. Los grises de tapa verde o naranja, a los restos orgánicos (también a otro tipo de residuos, como el papel plastificado o manchado de grasa).
6. Los medicamentos se pueden reciclar. En España hay 21.000 farmacias que disponen de puntos SIGRE, contenedores concebidos para la recogida de los envases de medicamentos vacíos o con restos, así como para medicamentos caducados.
7. No tires tu ropa usada. Seguro que hay alguien con menos recursos que puede necesitarla. Cada vez son más los contenedores y seguro que alguno te pilla muy cerca. Localízalo.
8. Los dispositivos electrónicos y demás residuos domésticos que no tienen cabida en ningún contenedor de los indicados han de ser puntualmente conducidos a los puntos limpios creados a tal efecto. Desde algunas organizaciones como la OCU (Asociación del Consumidor) denuncian que sólo entre el 15% y el 20% de estos residuos acaba sus días en plantas autorizadas y que, sin embargo, cada vez que los compramos pagamos una cantidad a las marcas para costear su futuro reciclaje.
9. Si prefieres saber dónde irán a parar tus restos tecnológicos y electrodomésticos, busca una ONG que se encargue de llevarlos a países en vías de desarrollo.
10. Como último punto de este decálogo recomendamos seguir la Ley de las tres R: reducir, reutilizar y reciclar. Elegir los productos que lleven menos envoltorios o utilizar bolsas de tela son algunos de sus sencillos consejos.