5 empresas que practican upcycling

Muchas empresas utilizan la basura como materia prima. Es el llamado  suprareciclaje o upcycling. Esta técnica consiste en transformar los residuos en objetos de igual o mayor utilidad y valor. Se trata de dar una segunda oportunidad, de forma creativa, a todo aquello que aparentemente ya no sirve. 

1. Las chanclas viajeras

En 1997, Julie Johnstone observó horrorizada como miles de chanclas de colores invadían las playas de la  isla de Kiwayu. Y es que, todos los años llegan a la costa de Kenia miles de zapatillas de plástico –la famosas flip-flop- procedentes de China, la India, Malasia e incluso Madagascar, arrastradas por las corrientes marinas. Lo que en un principio parecía un grave problema medioambiental, esta experta en ecología marina lo convirtió en negocio. A finales de 2005, fundó Flip Flop Recycling Company, un proyecto de reciclaje creativo.

Esta compañía, con sede en Nairobi, da trabajo a más de 150 personas. Muchos de ellos son hombres y mujeres de Kibera (Nairobi), uno de los mayores poblados chabolistas del continente africano. Son ellos los encargados de recoger las chanclas y limpiarlas. A continuación,  artesanos locales, con grandes dosis de imaginación, las convierten en accesorios para el hogar, juguetes, joyas  y todo tipo de complementos de moda.

El objetivo de este proyecto según su fundadora “limpiar el mar, pero también dar un trabajo creativo a los locales, que aprendan que el arte puede ser una salida al desarrollo”. Solo en 2008 se recogieron 12.000 kilos de chanclas, lo equivalente a 36.000 pares. Y en sus primeros cuatro años de vida, esta empresa  recogió 70 toneladas.

2. Muebles que huelen a mar

En uno de sus viajes a África, a su paso por la ciudad de Yoff (Dakar), Ramón Llonch pudo apreciar el poder visual que tenían las barcas de pesca sobre la arena. Los pescadores senegaleses decoran sus embarcaciones con vistosos colores y formas geométricas. Atraído por su belleza y por su historia, este diseñador catalán se preguntó si después de su andadura por el océano, aquella madera estaría en condiciones de empezar otra vida, reencarnándose en mueble. Pensó que sí y a finales de 2010 nació Artlantique. Una colección de muebles: sillas, mesas, taburetes, mecedoras, armarios y espejos hechos con una madera que todavía huele a mar

Todas las piezas son fabricadas por carpinteros artesanos locales.  Son únicas y originales y están hechas en madera de samba,  un árbol típico del oeste de África. La madera no recibe ningún tipo de tratamiento: la barca pasa  artesanalmente a mueble conservando la pintura y los dibujos que hizo cada pescador.

Estos muebles se venden por todo el mundo. El diseñador catalán los exhibe en un impresionante loft de Poblenou. También se exponen en Coco-Mat y en La Maison, tiendas de interiorismo emblemáticas de Barcelona. En Madrid se pueden adquirir en la tienda Égova.

3. Bolsos con olor a golosinas

Ecoist fue fundada en 2004 por dos emprendedores: los hermanos, Yair y Jonathan. Hijos de padres mexicanos y nacidos en Israel, ambos quedaron fascinados, durante un viaje a México, al ver cómo unos artesanos fabricaban bolsos con envoltorios de caramelos y bolsas de patatas. Les gustó tanto la idea que decidieron crear su propia línea de bolsos y complementos.

Utilizan como materia prima todo tipo de envoltorios de galletas, chocolatinas, latas de bebidas, mapas de metro, periódicos  etc. Fabrican bolsos, carteras, estuches y collares. Todos hechos a mano. Nunca salen dos iguales. Lo único que no es reciclado es el cierre. Esta marca ha reducido en más de  40 millones los envoltorios de dulces y otros residuos materiales, que normalmente irían a la basura.

Ecoist tiene su sede en Miami y sus productos se fabrican en México y Perú.  Además por cada bolso que se venda, Ecoist se compromete a plantar un árbol. En asociación con Trees for the Future, han plantado más de 100.000 árboles en lugares como Haití, India o Uganda.

4. Neumáticos que acaban en una mochila

En 2007, Davidson Lewis y Justin Daugherty, dos amigos amantes del deporte al aire libre, crearon la marca Green Guru. La idea surgió porque ambos estaban cansados de tirar sus equipos de deporte cada vez que estos quedaban desfasados o viejos.

Esta empresa, con sede en Boulder, Colorado, utiliza como materia prima las cámaras de bicicletas, neumáticos,  trajes de neopreno, lonas  o cuerdas para escalar. Se trata de materiales que tiene un  impacto muy negativo sobre el medioambiente. A continuación,  transforman estos desechos en productos y accesorios para ciclistas (bolsas, mochilas, carteras, brazaletes, etc.) collares de perro, pulseras, monederos o maletas. El objetivo es evitar que el caucho de estos objetos acabe sus días en un vertedero.

Para conseguir todos estos materiales han creado un sistema de recogida de residuos a través de contenedores instalados en  tiendas de deporte, gimnasios  y talleres de bicicletas. Pretenden maximizar el valor de todos los materiales en sus fases de producción, uso y desecho.

5. Hecho con desecho

TerraCycle nació en 2001 como un ambicioso sueño de un estudiante de primero de universidad: Tom Szaky, el Rey Midas de la basura. Este empresario ha sido nombrado en la lista “Impacto 30” de la revista Forbes donde se reconoce a los empresarios que luchan contra los problemas más urgentes del planeta.

TerraCycle tiene como misión eliminar la idea de la basura. Esto lo hace mediante la creación de programas de recolección de basura (a cada programa se le llama «Brigada») de productos que antes no se reciclaban o que son de difícil reciclaje.  Hay varios tipos de brigadas: Las brigadas de cartuchos y tonerslas brigadas de instrumentos de escritura o las brigasdas de teléfonos móviles.

Los usuarios de estas “brigadas” agrupan los desechos que serán los próximos productos suprareciclados, la empresa les paga por ellos y, de paso, la contaminación se reduce. Fabrican una gran variedad de productos: mochilas, cometas, cuadernos, tarjeteros etc.

 

 

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