Los desahucios, los recortes presupuestarios en sanidad y educación, la subida de los impuestos o el paro ya no son solo cosa de mayores. Muchos niños españoles se están viendo obligados a entender qué es la crisis, porque también la sufren. En tan solo dos años casi 205.000 niños más viven en hogares con unos ingresos por debajo del umbral de la pobreza.
Unicef España ha publicado recientemente el informe “La infancia en España 2012-2013”. Tiene como propósito presentar una fotografía objetiva y actualizada sobre cómo la crisis está afectando a los niños españoles.
Datos relevantes del estudio
Este informe arroja datos preocupantes que comprometen de manera muy negativa las condiciones de vida, alimentación y educación de muchos niños y niñas, cuyo futuro peligra como consecuencia de la situación económica de sus familias.
– Los niveles de pobreza infantil han superado por primera vez el 26%. Casi 5 puntos por encima de la media nacional en 2011.
– España es el quinto país con un mayor porcentaje de pobreza infantil (17,1%), detrás de Rumanía (25,5%), Estados Unidos (23,1%), Letonia (18,7%) y Bulgaria (17,8%).
– El número de hogares con niños que tienen a todos sus miembros adultos en paro, ha pasado de 324.000 en 2007 a 714.000 en 2010, lo que supone un crecimiento del 120%.
– El porcentaje de menores de 18 años que vive en hogares con un nivel de pobreza alta, es de un 13,7% en 2010, la tercera tasa más alta de los países de la Europa de los 27, tan solo por debajo de Rumanía y Bulgaria.
– Para una familia de 2 adultos con dos niños, el umbral de pobreza ha pasado de 16.684 euros, en 2009, a 15.820, en 2011.
– Se ha intensificado en un 53% entre 2007 y 2010 la pobreza en aquellos hogares que ya padecían una situación de pobreza crónica.
– Un niño en España nace actualmente con una “deuda pública” de unos 15.570 euros.
Algunas medidas
Unicef considera de vital importancia poner freno a esta situación. Por eso en este informe se recogen una serie de propuestas para garantizar la aplicación de los derechos de los niños en tiempos de crisis.
Algunas de ellas son: la protección de las inversiones destinadas a la infancia; situar a los niños y sus familias en el núcleo de las decisiones políticas; mejorar la coordinación, la eficacia y la coherencia en la gestión de la salud, la educación, la protección de la infancia y la lucha contra la pobreza, crear iniciativas para favorecer especialmente el empleo de las personas con hijos e hijas menores a su cargo, así como elaborar un Plan Nacional contra la Pobreza Infantil.
¿Acaso asegurar el futuro de muchos niños y niñas no está al mismo nivel que el de un banco?