Etiopía, Kenia, Somalia y Yibuti han perdido entre 50.000 y 100.000 vidas en tan sólo 5 meses por causa del hambre. La comunidad internacional ha reaccionado tarde. 13 millones de personas siguen afectadas y la región del Sahel se encuentra en peligro inminente.
La crisis humanitaria más grave del siglo XXI ha comenzado. Pero no lo hizo ayer, ni antesdeayer, ni tan siquiera hace un mes. Desde agosto de 2010 las señales y los avisos de que ésta situación podría desencadenarse quedaba patente por el reclamo de ONG´s y algunos organismos de los países afectados. Si bien la sequía ha sido el origen, la inactividad, la omisión, del sistema internacional, ha sido el motor de esta debacle.
Hace sólo 6 meses la Organización de Naciones Unidas (ONU) declaraba el estado de hambruna en Somalia, pero en realidad, esta crisis ya era un hecho constado a principios del año 2011. Según Jan Egeland, coordinador de ayuda humanitaria de la ONU entre 2003 y 2006 “el sistema internacional no comenzó a responder a la escala necesaria hasta que la situación no alcanzó un momento crítico”. Es cierto. Sólo se activaron las alarmas a gran escala cuando no se registraron lluvias por segunda vez consecutiva.
Estado crítico en el Sahel
Las organizaciones Oxfam y Save the Children acaban de publicar el informe “Un retraso peligroso” en el que se afirma que entre los meses de abril y agosto de 2011 han fallecido por hambre entre 50.000 y 100.000 personas. La mitad son niños menores de 5 años.
Las regiones más afectadas son Etiopía, Kenia, Somalia y Yibuti, pero Susan E. Rice, embajadora de EEUU en la ONU, ya ha advertido que “si no se produce una entrega sustancial de ayuda para marzo, Kordofán del Sur y Nilo Azul (ambas regiones de Sudán) estarán a un paso de sufrir una hambruna a gran escala”. Oxfam y Save the Children ya han verificado que “se avecina otra crisis en la región del Sahel (África Occidental) que pondría en situación de grave riesgo la seguridad alimentaria de millones de personas en al menos 5 países”.
Buscando soluciones
“Todos los actores: ONG´s, donantes, gobiernos y la ONU, deben cambiar su manera de actuar para lograr un impacto más positivo en la vida de las personas que se vean afectadas por la próxima sequía”. Son palabras que se recogen en el informe “Un retraso peligroso” (Las ONG´s Oxfam y Save the Children acaban de publicar el informe “Un retraso peligroso”. Entre 50.000 y 100.000 personas han muerto de hambre en el Cuerno de África. Conoce desde cuándo se iniciaron los avisos, la terrible omisión de la comunidad internacional y las soluciones que proponen. 13 millones de personas siguen afectadas por la mayor crisis alimentaria del siglo XXI, la mayoría mujeres y niños.). Las principales soluciones a llevar a cabo son: apoyar la producción local de alimentos, proteger a los más pobres y vulnerables, hacer que los precios de los alimentos sean asequibles y garantizar una respuesta nacional a las crisis inminentes. O lo que es lo mismo, gestionar riesgos y no crisis, y responder con anticipación a las alertas.
Todavía hay 13 millones de personas afectadas por esta crisis en el Cuerno de África, la mayoría mujeres y niños. El grado de sufrimiento y muerte se podría haber reducido si hubieran sido atendidas las alertas tempranas. ¿Seguiremos con esta actitud? ¿Dejaremos que más personas sigan padeciendo hambre extrema o mueran por inanición? Para Jan Egeland “tenemos la capacidad de evitar miles de muertes. Lo que nos hace falta es la voluntad”.