Aunque los “net-ciudadanos” y bloggeros han proliferado en todo mundo, 89 países censuran la libertad de expresión. En lo que va de año, 15 periodistas han sido asesinados y 160 encarcelados. Jugarse la vida forma parte del día a día para un informador en zona de conflicto.
Dicen que ser reportero de guerra es lo mejor, profesionalmente hablando, que te puede suceder cuando eres periodista. De hecho, muchos estudiamos la carrera de periodismo con ese fin. Pero detrás de esa ilusión, se esconde una terrible realidad: hay que jugarse la vida para poder trabajar.
Según un informe de Reporteros sin Fronteras, durante el año 2011, 66 periodistas fueron asesinados, 1.044 arrestados y 1.959 agredidos o amenazados. Pero hay más: 71 fueron secuestrados, 73 tuvieron que huir de su país y 499 medios de comunicación fueron censurados. Y lo peor es que en 2012 no vamos por mejor camino, ya hay contabilizados 15 periodistas muertos, víctimas de su propia información.
“Net-ciudadanos” y bloggeros en auge
Las nuevas tecnologías y la globalización, ni que decir tiene, han afectado a los antiguos cánones de la comunicación. Hoy, un móvil y una conexión de banda ancha pueden convertirte en reportero gráfico de la noche a la mañana. Y para muestra, los “net-ciudadanos” y los bloggeros que en las revueltas del mundo árabe se convirtieron en protagonistas indiscutibles.
Unos y otros son personas anónimas, periodistas o no, que han contado sus experiencias personales en el corazón de un conflicto y lo han colgado en Internet para darlo a conocer. Sus vídeos y post han recorrido el mundo, y por ello también han sido castigados: 5 murieron y 200 fueron detenidos el año pasado.
Los gobiernos dictatoriales contra los que luchan, han buscado las herramientas para deshacerse de ellos de una forma “elegante”. Por ejemplo, el gobierno de Hosni Mubarak, en Egipto, cortó el acceso a Internet durante 5 días por primera vez en el país. La República Democrática del Congo, Camerún y Kazajistán hicieron lo mismo durante periodos electorales o de disturbios.
Pero no son los únicos países “enemigos” de Internet. En el punto de mira hay otros estados donde el acceso a la red está restringido parcialmente, filtrado o sometido a propaganda oficial. Entre ellos: Bahrein, Bielorrusia, Arabia Saudí, Birmania, Corea del Norte, Siria, Vietnam…
Periodistas españoles asesinados
Desde 1980, 9 periodistas españoles han muerto en el ejercicio de su profesión. Iniciaba esta triste lista Luís Espinal, torturado y asesinado por paramilitares bolivianos. El fotógrafo Juan Antonio Rodríguez fue abatido a tiros por soldados norteamericanos en 1989. A Jordi Pujol le sorprendía la muerte en Sarajevo en el 92 y en el 97 el fotógrafo Luís Valtueña era asesinado en Ruanda por un grupo de guerrilleros. Miguel Gil engrosaba los números en el año 2000 al ser alcanzado por disparos de soldados rebeldes en Sierra Leona. Tan sólo un año después lamentamos la pérdida de Julio Fuentes, asesinado cuando fue atacada la caravana en la que viajaba por Afganistán junto a otros 3 periodistas.
El año 2003 nos dejó un pellizco en el corazón a todos los españoles. Julio Anguita Parrado, corresponsal de El Mundo, y José Couso, cámara de Telecinco, fallecían en Irak. Mientras que al primero le sorprendió la explosión de un misil tierra-aire en el centro de operaciones tácticas de EEUU, el segundo moría tras el ataque de un tanque norteamericano al hotel “Palestina”.
El último nombre, la última víctima: Ricardo Ortega, periodista de Antena 3. Recibió, en 2004, dos disparos en el transcurso de un tiroteo en Puerto Príncipe, Haití.
Todos ellos forman parte de la historia. Todos pertenecen a ese grupo de personas que cada día se juegan, literalmente, la vida para traernos la primera información a los que quedamos en casa. Porque no debemos olvidarlos, este artículo va dedicado a su memoria.