Lo importante es participar

Nuestra campaña de este mes va dirigida a fomentar la participación ciudadana, como herramienta fundamental de cambio social. Y es que las sociedades, al fin y al cabo, están formadas por individuos -ciudadanos – que tienen el poder de provocar cambios, sobre todo cuando actúan colectivamente. Para el sociólogo e investigador del CSIC Joan Font Fábregas, «la participación ciudadana incluye todas las actividades que los ciudadanos realizan voluntariamente – ya sea individual o a través de colectivos y asociaciones – con la intención de influir directa o indirectamente en las políticas públicas».

La participación ciudadana, por tanto, va desde el simple ejercicio del derecho a votar hasta la pertenencia a asociaciones de vecinos, de consumidores, ONGs u organizaciones políticas. Pero también participamos cuando enviamos cartas a los periódicos, a nuestros políticos o acudimos a una manifestación. Y desde luego, también lo hacemos cuando, de una forma u otra, apoyamos movimientos sociales de calado. No olvidemos que las grandes conquistas (como la abolición de la esclavitud, el derecho al voto de las mujeres, o el establecimiento de la democracia en determinados países) solo se consiguen gracias a la movilización de la ciudadanía. Todos tenemos en mente la reciente Primavera Árabe, que ha dado al traste con varios regímenes autoritarios tras movimientos de protesta multitudinarios.

Pero desde Melior no solo queremos animar a los ciudadanos para que participen en la vida pública y comunitaria. También pedimos a la clase política que introduzca herramientas de participación ciudadana directa en la toma de decisiones que afectan a la comunidad. Un buen punto de partida sería la participación a nivel municipal, cuyo mejor ejemplo son los denominados «presupuestos participativos». El politólogo americano Benjamin Goldfrank describe este sistema como «un proceso a través del cual los ciudadanos, individualmente o por medio de sus organizaciones cívicas, pueden contribuir de forma voluntaria y constante en la toma de decisiones sobre el presupuesto municipal, a través de una serie de reuniones anuales con las autoridades locales». Este modelo se introdujo por primera vez en 1989, en la ciudad brasileña de Porto Alegre, y en la actualidad se utiliza en cientos de municipios de los cinco continentes.

El sistema, por supuesto, es trasladable a otros ámbitos de decisión, incluso al más alto nivel. Hasta ahora, los que se llevan la palma son los islandeses, que han elaborado una nueva constitución mediante un proceso de crowdsourcing, en el que todos los ciudadanos han podido participar mediante diversos canales, con Internet como principal protagonista. Eso sí, Font advierte de que «la gente sólo participará si el proceso es visible, si tienen certeza de que la participación no implicará una pérdida inútil de tiempo, si prevén que podrán expresar sus opiniones libremente y si perciben que, efectivamente, las autoridades tendrán en cuenta su opinión».

Así que, desde estas líneas, pedimos a nuestros conciudadanos que participen activamente en la vida de su comunidad, pues de esta forma colaboran al desarrollo y mejora de la sociedad en su conjunto. Nadie mejor que el ciudadano de a pie para identificar problemas, proponer soluciones y provocar cambios. Y a nuestros políticos, les pedimos herramientas útiles de participación ciudadana, para que la toma de decisiones sea en verdad democrática. La expresión popular nos dice que «lo importante no es ganar, sino participar». Pero en materia de ciudadanía, lo importante es participar para que ganemos todos.

 

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