“La diferencia del precio de las matrículas puede hasta triplicarse”

El precio medio de primera matrícula de grado en las universidades públicas se mantiene congelado por segundo curso consecutivo en todas las autonomías, menos en Madrid, donde ha bajado un 10%, pero sigue habiendo grandes diferencias por comunidades, llegando a ser en Cataluña el triple que en Galicia.

Son datos de la “Estadística de precios públicos universitarios curso 2015-2016” del Ministerio de Educación que especifica que las tres autonomías con precios medios más altos para un crédito de primera matrícula de grado son Cataluña (33,52 euros), Madrid (27,30 euros) y Castilla y León (23,34 euros). Por el contrario, son más bajos en Galicia (11,89 euros), Andalucía (12,62 euros) y Cantabria (13,50 euros). Únicamente Andalucía mantiene un precio de crédito único, ya que en las demás regiones varía en función del grado de experimentalidad de la carrera.

Desde el curso 2012-2013, por el decreto ley de medidas urgentes de racionalización del gasto público en el ámbito educativo, los alumnos deben sufragar entre el 15 y el 25% -según decida cada comunidad- del coste de las enseñanzas oficiales de grado. Los incrementos medios de las tasas de matrícula en el curso 2012-13 llegaron al 66,7% en Cataluña; 42,1 % en Canarias; 41,9% en Castilla y León; 38,1% en Madrid; 33,3% en la Comunidad Valenciana o 20,3% en Castilla-La Mancha. Las subidas fueron menores o se paralizaron en el curso 2013-14, aunque en la Comunidad de Madrid se subieron un 20,3%. Desde entonces, se han congelado, aunque es cierto que los precios son muy elevados y dispares. Por ejemplo, un grado en Cataluña puede costar más de 2.000 euros al año. En Galicia, el mismo, puede rondar los 700 euros.

En Fundación Melior hemos querido profundizar sobre este tema y por eso hemos hablado con Segundo Píriz, rector de la Universidad de Extremadura y presidente de Crue Universidades Españolas desde noviembre del pasado año, que ha manifestado su deseo de intentar que se abarate el precio de los créditos de las universidades públicas españolas.

Las tasas universitarias están entre las más caras de la Unión Europea. Sin embargo, en países como Noruega, Finlandia o Alemania estas tasas son gratuitas. ¿Cree que podríamos aplicar ese modelo en España? ¿Por qué pagamos tanto?

Efectivamente, España cuenta con tasas universitarias más elevadas que en otros países con los que nos gustaría compararnos y que, además,  han ido en aumento en los últimos años, especialmente en algunas Comunidades Autónomas.  El problema es que el crecimiento de estas tasas no ha ido acompañado en la misma medida de las becas y ayudas al estudio, cuando España, según la OCDE, está muy por debajo de la media en porcentaje del PIB destinado a este capítulo. Lo que perjudica a los estudiantes, en especial a aquellos con escasos recursos económicos, y además nos aleja del modelo mayoritario de financiación pública europeo, de precios bajos y un mayor gasto en becas y ayudas al estudio.

Según denunció CCOO a mediados de año, hasta 77.000 alumnos han abandonado la universidad o han renunciado a estudiar por el elevado precio de las tasas. ¿Qué solución se da desde el sistema universitario a estos alumnos?

Sin entrar en el detalle cuantitativo sobre el número de alumnos que por el elevado precio de las tasas han podido abandonar la universidad o renunciado a estudiar, es un hecho cierto que la elevación de las tasas de matrículas, al no haber ido acompañada de un incremento de las becas y ayudas que estos reciben, ha tenido como consecuencia una disminución en los créditos matriculados y en la reducción y abandono de estudiantes de los estudios universitarios. Nos consta que la mayor parte de las universidades, ante esta situación, han incrementado sus partidas propias destinadas a ayudas y becas al estudio, pese a los recortes presupuestarios sufridos en su financiación, para intentar paliar en parte el problema.

Otro de los problemas que más preocupan a los sindicatos estudiantiles es que el precio de la tasa varía mucho según la universidad y la comunidad autónoma. ¿Habría que acabar con esas oscilaciones en el precio?

Según los datos del último informe La Universidad Española en Cifras, de Crue Universidades Españolas, la diferencia del precio de las matrículas de los mismos estudios universitarios de una comunidad a otra puede ser hasta casi tres veces superior, por ejemplo, entre Andalucía y Galicia- que disfrutan de los precios más bajos- a Cataluña o Madrid- donde se encuentran los más elevados-. Es preocupante que un estudiante que resida en nuestro país y que desee cursar los mismos estudios universitarios que otro, con niveles de renta similares, tenga que pagar tasas tan distintas por el hecho de residir en una comunidad autónoma u otra.

El ajuste pasa por reducir los umbrales fijados y, en nuestra opinión, disminuyendo los más elevados, si bien esta es una decisión política que está relacionada con el modelo de financiación y el grado de autonomía que quiere darse a las comunidades autónomas. Con la nueva formación de Gobierno y las decisiones del Parlamento, veremos cuál es la apuesta política en materia de universidad.

¿Cree usted que elevar el precio de la tasa de matrícula es una ‘estrategia’ para reducir el número de alumnos universitarios? ¿Está de acuerdo, como expresó el gobierno, en que hay demasiados estudiantes universitarios en nuestro país?

El Ministro Íñigo Méndez de Vigo matizó las palabras que usted menciona, aclarando que no quería decir que sobraran estudiantes universitarios. Nuestro problema y hay que decirlo claro, no es que sobren universitarios, ya que estamos aun ligeramente por debajo en porcentaje de la media de la OCDE, lo que sí lo es, es que desgraciadamente un porcentaje muy elevado de nuestros jóvenes no se forma y concurre a un mercado laboral bien difícil y casi imposible para aquellas personas que cuentan con un bajo nivel de formación.

Por tanto, y en relación a este tema, ¿qué le pediría a este 2016 que acaba de empezar?

l Gobierno que se conforme ha de defender la igualdad de oportunidades en el acceso y la permanencia en la universidad de todos los ciudadanos que deseen cursar estudios superiores. Ello implica una mayor dotación en becas y ayudas al estudio para todos los estudiantes que lo precisen o merezcan, ayudas que en estos momentos son una tercera parte de la media de los países de la OCDE.

 

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