La cooperativa:una alternativa real a la creación de empleo

Cada vez son más los trabajadores que se unen de forma democrática y en igualdad de condiciones para poner en marcha una empresa. Las cooperativas se consolidan a pesar de la crisis y destruyen muchos menos puestos de trabajo. Además, la intercooperación ha posibilitado la puesta en marcha de un Mercado Social donde decenas de cooperativas trabajan conjuntamente, apostando por la economía solidaria.

“La cooperativa es un medio eficaz para crear riqueza y empleo. Las cifras así lo demuestran”. Paloma Arroyo, directora de la Confederación Española de Cooperativas de Trabajo (COCETA), afirma que estas empresas ofrecen mayores posibilidades de mantener el empleo en tiempos de crisis. Sin embargo, ¿por qué apenas se conocen los resultados que ofrecen? “Las empresas, tal y como las presenta el sistema capitalista, tienen como objetivo principal obtener rentabilidad, por eso, muchas veces cierran aun siendo viables”, explica Jorge Rochet, socio de la cooperativa Kinema. Sin embargo, la cooperativa “asume y representa principios y valores como la solidaridad, la gestión democrática, la responsabilidad social, el desarrollo sostenible y la igualdad de oportunidades y salario entre hombres y mujeres”, concreta Rochet. Y esto parece chocar con el sistema.

La fortaleza de las cooperativas radica en el compromiso del grupo humano que conforma cada una de ellas. “La calidad de vida en el puesto de trabajo es mucho mayor que en cualquier otra empresa”, reconoce Fernando Sabín, socio de Andaira. De hecho, desde 2008 el empleo cooperativo ha caído solo un 8%, mientras que el empleo total ha descendido más de un 15%. Además, la pérdida de empleo en las cooperativas se ha estabilizado en el último año, mientras que en el mercado laboral sigue destruyendo a un ritmo superior al 4%.

Funcionamiento democrático

Pero, concretamente, ¿en qué se diferencia el funcionamiento de una cooperativa del de otra organización empresarial? Principalmente, y como dicta la ley, en que se trata de una propiedad compartida y repartida por y entre los trabajadores y trabajadoras. Los socios y socias tienen el derecho y el deber de estar informados acerca de la marcha de la actividad y a participar en ella aportando sus opiniones y votando, pues se aplica el principio de una persona socia, un voto.

Entre las normas cooperativas más importantes destacan la adhesión voluntaria y gratuita, abierta a todas las personas y sin discriminación alguna y la gestión democrática de la empresa por parte de los socios mediante asamblea. Asimismo, las personas socias contribuyen equitativamente al capital de sus cooperativas y gestionan los beneficios de forma democrática e igualitaria. Entre sus principios destaca también la conexión directa con el entorno que les rodea y, para ello, imparten cursos de formación e información sobre este tipo de sociedad y trabajan para conseguir el desarrollo sostenible de las comunidades donde se asientan. “Al decidir de forma asamblearia, y tomar conjuntamente todas las decisiones, el compromiso de los trabajadores y trabajadoras es mucho mayor”, concreta Rochet.

Mercado Social

Apostar por la economía solidaria y social, así como por el consumo responsable, no siempre es fácil en un país como España, donde ese tipo de valores se ha ido diluyendo con el paso de los años. “El movimiento cooperativo perdió fuerza a la par que perdió fuerza todo el tejido social del país. Esa desvertebración social que trajo el capitalismo ha potenciado mucho más el individualismo y el consumismo”, asegura Rochet.

Pero en los últimos tiempos, algo está cambiando y las cooperativas, además de crecer en número –en España ya hay más de 35.000 que emplean a 340.000 personas– están empezando a intercooperar mucho más activamente. Fruto de esa interrelación, surgió el Mercado Social, una red social de cooperativas de todos los sectores económicos que se expande poco a poco por todas las autonomías. “Con este proyecto esperamos que los consumidores finales conozcan las ventajas de consumir en una cooperativa y que se den cuenta de que merece mucho más la pena”, concluye Fernando Sabín.

 

 

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