Experimentar para fomentar la creatividad en los niños

Subir a los árboles, jugar con arena y agua o mezclar ingredientes para hacer una receta son algunas de las múltiples formas de experimentar. Así los niños descubren el mundo, aprenden y estimulan su creatividad e imaginación. Y tal y como decía Albert Einstein: «En momentos de crisis sólo la imaginación es más importante que el conocimiento».

Un estudio sociológico impulsado por la empresa KH Lloreda revela que para el 64% de los padres españoles, estimular la creatividad de sus hijos es una de sus preocupaciones, puesto que creen que es útil para desarrollar el potencial de los niños. Lamentablemente, el 63% cree que la creatividad es más innata que aprendida y por lo tanto no la fomenta, mientras que los profesionales opinan que esa idea es un mito ya que la creatividad se desarrolla si se potencia con la experimentación, por ejemplo.

Experimentar con sobreprotección

El trabajo de análisis de KH Lloreda sobre una muestra superior a 1.600 encuestas, descubre que el 98% de los padres españoles cree que se aprende más experimentando que memorizando. Paradójicamente el 70% no permite que sus hijos jueguen sin la supervisión de un adulto y por lo tanto los sobreprotege. Así pues, las actividades menos experimentales como el deporte (82%), divertirse en el parque (63%) o jugar con aparatos electrónicos sencillos (60%), son las prácticas más permitidas.

Según la socióloga Blanca Moreno «sorprende que los padres manifiesten estar a favor de la experimentación y que por el contrario actúen de forma tan controladora. Creemos que la explicación se encuentra en la diferencia entre lo que pensamos en un escenario ideal y lo que hacemos en la práctica».

Los inconvenientes de que los niños experimenten

El deseo de los padres por que los niños se desarrollen plenamente a través de la experimentación y exploración de su entorno se ve frenado por el miedo a que puedan hacerse daño o incluso algo tan banal como que se manchen. Asimismo, el estudio descubre la singularidad de que las madres, menos preocupadas por estos últimos pequeños inconvenientes, son más permisivas que los padres a la hora de dejar a sus hijos experimentar.

Las familias quieren inculcar a sus hijos la importancia de ir aseados y de cuidar la ropa. Cuanto más temor hay a las manchas, menos se deja experimentar a los niños. Sin embargo, el conocido educador Fernando Alberca, autor del exitoso libro “Todos los niños pueden ser Einstein” dice que «las manchas derivadas de la experimentación tienen un gran valor educativo y también lo tiene el limpiarlas. Primero porque libera a los niños de la culpa de ensuciar y segundo porque aprenden a cuidar las cosas. Ambos aprendizajes son necesarios y compatibles».

Cómo fomentar que los niños experimenten

Los niños aprenden del mundo que les rodea usando los sentidos: tacto, gusto, oído, olfato y vista. Así pues, una buena forma de fomentar que experimenten es ofrecerles experiencias sensoriales.

Desde Melior queremos animar a todos los padres a que venzan sus miedos a que los niños se dañen o se manchen y les animen en sus instintos de experimentación y exploración del mundo que les rodea. De este modo les estaremos dando una confianza que redundará en una buena autoestima con la que poder desarrollar todo su potencial creativo.

 

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