El crimen organizado: un negocio redondo

El crimen organizado campa a sus anchas y ha adquirido una dimensión internacional. El tráfico de drogas, la explotación sexual, el contrabando, la piratería, la venta de armas y hasta delitos relacionados con el medio ambiente son algunos ejemplos de “negocios” muy lucrativos, libres de impuestos, y que no conocen la crisis.

A la cantidad de dinero que anualmente mueven los mercados ilegales se le conoce ya como Producto Criminal Bruto (PCB). Según las cifras aportadas por la ONG Global Financial Integrity (GFI), y el Banco Mundial, el tráfico de drogas, la piratería y la trata de personas son algunas de las actividades ilícitas que más ganancias aportan al crimen organizado.

Un negocio global

Según un informe elaborado por la UNODC, Oficina de la Naciones Unidas contra la Droga y el Delito y el Banco Mundial, el crimen organizado transnacional genera unos 2.1 billones de dólares de ingresos anuales a nivel global lo que supone un 3,6 por ciento del Producto Interior Bruto Mundial.

Yury Fetodov, Director Ejecutivo de la UNODC, explicó durante un encuentro de la Comisión Internacional para la Prevención del Crimen y la Justicia Penal celebrado en Viena el pasado mes de abril, que hasta 40.000 millones de dólares se pierden en corrupción en los países en desarrollo al año y que los ingresos ilegales del tráfico de personas llegan a 32.000 millones de dólares anuales.

También afirmó que “el negocio criminal es una de las mayores economías del mundo, una de las 20 principales economías”. Este negocio supone, según sus palabras: “una gran amenaza para la seguridad, el desarrollo económico y el cumplimiento de los Objetivos del Milenio”. Un grupo de objetivos fijados por la comunidad internacional en el 2000, que buscan mejorar la salud y reducir la miseria en la población más pobre del mundo para el 2015.

El narcotráfico

El mercado de la droga se sitúa como el sector más prolífero dentro de las actividades ilícitas, mueve en todo el mundo 300.000 millones de euros al año, según cálculos de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Crimen.

Entre 1998 y 2009 las incautaciones de cocaína, heroína, morfina y cannabis casi se duplicaron, y las de estimulantes de tipo anfetamínico aumentaron a más del triple de acuerdo con el Informe mundial sobre las drogas 2011.Según este informe entre 14,2 y 20,5 millones de personas de todo el mundo con edades comprendidas entre 15 y 64 años consumieron cocaína.

Pese a la crisis económica, España continúa como el primer país consumidor de cocaína de la Unión Europea, suponiendo la droga más de 5.000 millones de euros al año, el 0,7% del Producto Interior Bruto (PIB).

La trata de personas

El tráfico de seres humanos tiene más de 12 millones de víctimas y se desarrolla en 161 países de todo el mundo. La trata de personas es el traslado de seres humanos de un lugar a otro dentro de las fronteras de un mismo país o hacia el exterior con fines de explotación, en su mayoría explotación sexual, laboral o mendicidad.

Sólo en nuestro continente hay unas 140.000 víctimas del tráfico de personas con fines de explotación sexual. Mujeres procedentes en su mayoría de Europa del Este, América Latina y África son obligadas a prostituirse.

Según el informe La Globalización del Crimen, publicado por la UNODC en el 2010 los principales países de destino para la explotación sexual de víctima de la trata son: España, Italia, Portugal, Francia, Países Bajos, Alemania, Austria y Suiza.

Se calcula, según este informe, que en España ejercen la prostitución un número cercano a las 350.000 mujeres de las cuales el 80% son extranjeras en situación irregular.

Está claro que los empresarios que han sacado más partido de la globalización han sido los empresarios del crimen. Sus “negocios” contribuyen a debilitar la economía y los Estados, impidiendo su desarrollo y manteniendo a muchos países atrapados en el círculo de la pobreza.

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