Contra el trabajo infantil doméstico: las cenicientas del S.XXI

El Día Mundial contra el Trabajo Infantil en 2013 está dedicado a la lucha contra la explotación en el hogar. Menores de todo el mundo están empleados. 15,5 millones de niños están involucrados en trabajo doméstico y el 90% son niñas.

Según Unicef (Fondo de Naciones Unidas para la Infancia), uno de cada seis niños y niñas de entre 5 y 14 años trabaja. Las normas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) prohíben que los niños y niñas menores de 15 años trabajen. El trabajo les roba tiempo de juego, estudio, descanso, crecimiento e ilusiones y les deja graves secuelas en su desarrollo físico, intelectual y emocional.

La OIT puso en marcha el primer Día Mundial Contra el Trabajo Infantil en el año 2002 para denunciar  la difícil situación de los niños y niñas que trabajan. En 2013, como ya lo fue en 2004, el foco de atención es el trabajo doméstico.

El trabajo infantil es un problema mundial

Muchos hemos oído a nuestros padres y abuelos contar como han trabajado en su infancia. Por suerte esto es algo que asociamos a generaciones pasadas. Sin embargo, España es el país de destino y tránsito de niños víctimas de la trata ilegal. Provienen primordialmente de Rumanía, Rusia, Brasil, Colombia, Nigeria, Ecuador, Guinea, Sierra Leona, Bulgaria y Ucrania.

Por otra parte, en América Latina uno de cada diez niños sufre explotación. En Asía y el Pacífico uno de cada ocho y en África subsahariana uno de cada cuatro. En total, 215 millones de niños en todo el mundo sufren explotación laboral. Trabajan en granjas, fábricas, minas, casas particulares y en lugares donde no deberían trabajar ni adultos.

El trabajo infantil afecta a más niños que niñas. Sin embargo, los trabajos que realizan las niñas se desarrollan en ámbitos privados, están más ocultos y por lo tanto gozan de invisibilidad, lo que hace que sean más difíciles de proteger. Este es el caso del trabajo doméstico y algunas de las peores formas de trabajo infantil, como la prostitución y la pornografía. Se estima que el 90 por ciento de los menores que trabajan en el servicio doméstico son niñas.

Las cenicientas del S. XXI

La OIT define el «trabajo infantil doméstico» en hogares de terceros, como el conjunto de actividades de aseo, cocina y asistencia propias de un hogar o de las personas que lo habitan, que implica la participación de menores de 18 años, bajo cualquier modalidad contractual o forma de compensación. Además, lo distingue de las «tareas domésticas en el hogar» aclarando que son actividades realizadas por los menores en sus propios hogares cuando se encargan de ayudar y no interfieren con su educación, no dañan su salud, seguridad o moralidad.

La Organización estima que 13,5 millones de niñas desarrollan trabajo doméstico. Trabajan ocultas en las viviendas de sus empleados sin que sus actividades puedan ser controladas. Estas niñas llegan a adoptar una condición de sirvientas que supera la ficción del cuento de la cenicienta.

El trabajo de los niños es aprender jugando. A partir de los dos años, los niños empiezan a desarrollar el juego simbólico, que consiste en imitar acciones cotidianas que hacen los adultos en la vida real, una forma natural de aprendizaje. Así que, es una gran oportunidad para implicar a los menores en tareas laborales domésticas, de esta forma el juego deja de ser juego y se puede llegar a convertir en una cruda realidad.

Este 12 de junio, la Organización Internacional del Trabajo, en el marco del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, presentará el informe Erradicar el trabajo infantil doméstico y proteger a los jóvenes trabajadores contra condiciones de trabajo abusivas.

 

 

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